sábado, 2 de junio de 2012

EPISODIO I: "NACIMIENTO"




Mi nombre es Juanxo Olcina, y a los 14 años tuve la fortuna de coger una guitarra por primera vez. Mi padre, quien fue cantante de una destartalada banda de rock nd roll de los 60 llamada "Los Rangers" me enseñó el significado de tres palabras que marcarían mi vida: "LA", "RE", y "MI", los acordes que componen la famosa canción que popularizó Richy Valens "La Bamba".

Desde entonces he tratado de escribir mi vida a base de canciones; canciones que trataban sobre temas bien diversos: mis primeros enamoramientos adolescentes (que pasional y que tonto que era), mis primeras decepciones amorosas (tan panoli que no me valoraba lo suficiente), mis primeras ideas revolucionarias (quien no grita no mama), y un largo etc...  composiciones que trataban en definitiva sobre mis primeros vómitos sentimentales en esa edad tan bonita, torpe y dolorosa, como solo puede ser la adolescencia.

Aunque tuve algunos intentos frustrados por abandonar la música (aveces uno no sabe cuando termina la persona y cuando comienza el músico), jamás pude conseguir que se alejara de mí;  y ¡¡Si!! he de reconocerlo!! yo era el típico pesado que siempre acudía a clase con la guitarra a cuestas en plan bohemio-rarito, el que trataba de ligarse a las chicas del lugar mediante las típicas canciones de moda ("More than words" sería un buen ejemplo), el que viajaba miles de kilómetros sin mas equipaje que su amiga de 6 cuerdas; entre muchas otras cosas; ese era yo.

Durante los fugaces años que duró la adolescencia y mi "primera madurez", decidí que mi fin en la vida sería interpretar el papel de "buen samaritano"; para lo que debería convertirme en un profesional eficiente del sector social y así poder contribuir a que este desigual mundo fuera un poco mejor.  Es por ello que cursé los estudios de Sociología, Trabajo Social, y me especialicé en el campo de la Cooperación Internacional al Desarrollo.

Desde que legalmente me fue permitido, participé como voluntario en distintas ongd´s y asociaciones, y con el paso del tiempo comencé a trabajar de educador, después como becario en proyectos de desarrollo en latinoamérica, luego como técnico de proyectos (otra vez en España), hasta que hace un par de años llegué a convertirme en coordinador de proyectos en dos ongds de Alicante y Palma de Mallorca.
Precisamente cuando conseguí alcanzar el cenit de mi carrera laboral y residía en un lugar tan paradisíaco y maravilloso como solo puede serlo Mallorca, algo pasó dentro de mí, nada volvería a ser lo mismo.

Alcancé la madurez, esa madurez que te descifra buena parte de lo que ha sido tu vida, esa madurez que se tiene cuando por primera vez eres consciente de "lo que quieres en la vida" (normalmente las personas que he conocido sabían que era "lo que no querían en la vida", pero pocos sabían lo que deseaban realmente de su fugaz existencia).

Cuando uno comienza una profesión no tiene ni idea de cuales son los verdaderos pros y contras de cada trabajo, y a mis 32 primaveras, yo ya sabía cuales eran; además siempre pensé que los 33 años es la edad de plenitud de una persona (adquiere algo de la sabiduría que va adherida con la experiencia y al mismo tiempo conserva suficientes fuerzas como para poder darse al 300% en una meta), y yo quería dar mi 300% en conseguir sobrevivir de mi música, comer de los acordes que rasgaban mis dedos, beber de las melodías que emanaban de mi maltrecha voz, ese era ahora mi proyecto.

Conocía artistas que se ganaban la vida solo con los conciertos que daban en la isla, a los cuales, desde la humildad mas absoluta, puedo decir que musicalmente no tengo nada que envidiar. ¿Si ellos podían vivir de la música?  ¿porqué yo no iba a poder lograrlo también?. ¿Que puede haber mas bonito que dedicarte por completo a aquello que mayos felicidad te reporta?. Siempre he tenido clara una máxima en mi pensamiento: ante todo, no quería convertirme en un viejo atormentado por las oportunidades que dejó escapar en la vida.

Tras un viaje de trabajo por centro-américa durante tres meses, y tras la decepcionante noticia de que los proyectos más importantes que había diseñado no recibirían la financiación necesaria para poder ser llevados a cabo; me decidí por completo, aquella era la señal que me mandó ese viejo loco al que con cariño llamo "El Gran Espíritu del Mundo" (deidad creada y venerada por mí persona).

 Aquello sucedió el 12 de Agosto de 2012; en Octubre abandoné mi querida isla, y ya en disposición de  engrosar las florecientes listas del servicio estatal de desempleo.

 A mis 32 años había vuelto a nacer.

Pdt. Canción recomendada tras la lectura: "Society" ( Into the wild soundtrack - Eddie Vedder)
Para escucharla solo tienes que seguir al conejo hasta la madriguera
y pinchar en el siguiente link http://www.youtube.com/watch?v=ouANEo2w0Pg



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